Este apartamento, situado en uno de los pueblos pescadores con más encanto de la Costa Brava: Tamariu, fue reformado por completo.
Su distribución actual, poco tiene que ver a como era en su inicio. ¿El objetivo? Conseguir la máxima claridad y las vistas privilegiadas que posee. Es por eso que una de las intervenciones más destacadas, es este gran ventanal con vistas al mar que va de un extremo a otro de la pared.
Algunos tabiques del apartamento desaparecieron y otros fueron desplazados. Es el caso por ejemplo del espacio de la cocina, comedor y salón que se unieron en un único espacio cuando en un inicio se encontraba un tabique que separaba la habitación principal del comedor.
El tabique que separa la cocina de la habitación individual fue desplazado adaptándose exactamente a las medidas de la cama. Es el espacio más pequeño del apartamento, donde cabe una cama (con otra escondida justo debajo) y un armario empotrado. Este espacio en su inicio era la pequeña cocina.
El baño fue completamente reformado con líneas muy rectas y simples. Los propietarios del apartamento querían conseguir que esta segunda residencia pudiera ser utilizada tanto en verano como en invierno, es por eso que se instaló una chimenea y calefacción radiante por el suelo.
A nivel de decoración destacar que se quiso conseguir un espacio que transmitiera paz y tranquilidad escogiendo colores muy neutros en el poco mobiliario y se quiso dar un toque de color (escogidos por los propietarios) en alguna de las paredes de la residencia.